29 octubre 2006

Breve reflexión (I)

El instante

¿Dónde estarán los siglos, donde el sueño
de espadas que los tártaros soñaron,
donde los fuertes muros que allanaron,
dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?
El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.
Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías,de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados
espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.


Jorge Luis Borges.


El hoy es inmutable. Los días, las horas, minutos y segundos son el engaño que nos hace partícipes del incesante transcurrir de la vida, fuente agotable. El tiempo, una gran mentira que provoca la necesidad de hacer, crear, pensar constantemente, que evoca nuestra necesidad de agarrarnos a lo real, sin caer en que no se puede aprovechar lo que no se acumula ni se ahorra, lo que no se retiene.
Si el tiempo no existe, ni existieran los espejos, seríamos siempre los mismos, despojados de las ataduras de la banal apariencia.