24 agosto 2008

Diario de una ausencia (1)

Yo sólo soy
porque tú existes.

He palpado tu ausencia
esta mañana.
Al otro lado de la cama
mi mano inquieta
no encontró nada.
Sábanas frías, una almohada arrugada.
Un colchón inmenso, helado.
Vacío.
He palpado tu ausencia
todo el día.

Te busqué por la casa
al levantarme.
La cocina enmudecía
no dijo nada.
El gel de ducha, algunas camisetas
o tu espuma de afeitar.
Son las huellas que has dejado,
en apariencia.
Hay mucho más dentro de mí.
Te busqué por la casa
al despertar.

Nada sucede igual
si no es contigo.
Consumo cigarrillos cuyo humo
se mezcla con el salitre
de mis ojos.
Me vienen a la memoria
los días de mar, el sol,
las gaviotas.
Salir del agua con la piel
placenteramente acartonada.
Nada sucede igual
y sin embargo
todo parece lo mismo.

Hoy descubro que sólo soy
porque tú existes.

2 Comments:

At 9:23 p. m., Anonymous Anónimo said...

Sin palabras. Ser objetivo es inútil. La ausencia puede ser intensamente emocional, y en sus versos ha logrado transmitirlo mezclándolo con elementos cotidianos. Me ha gustado mucho el poema.

Un saludo.

 
At 11:13 a. m., Blogger Raquel said...

Muchas gracias, peregrino.
Si fuera estrictamente objetivo, el poema quedaría reducido a un montón de palabras sin sentido.

Sin alma.

 

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