Punto y final
Como una vieja fotografía,así fue nuestro reencuentro,
amarillento.
Cuajado de abismales silencios,
máscaras irreconocibles,
tan distintas a las que solíamos usar,
y palabras huecas y distintas.
Distintas también nuestras miradas
vacías de fuego
despojadas de preguntas,
de ansiedad por conocernos
o de labios entreabiertos.
Como si nunca hubiera habido nada.
Como si no hubieran existido
las noches de pasión
perdidos en la noche,
las libélulas traviesas
atravesando el estómago impaciente,
los amaneceres fugitivos
y el sudor, la piel entremezclada.
Ahora, en la misma ciudad
que dio cobijo a nuestra audacia
reponemos sonrisas deslucidas
en el lineal de nuestro olvido.
7 Comments:
Tan hermoso como doloroso, estimada amiga.
Reciba usted un fuerte abrazo.
Ya empezaba a echarle de menos, que lo sepa, amigo. ;)
Pues a ver si se deja usted ver, que ya sabe dónde me tiene: blog, messenger, email, teléfono...
Saber donde está uno es fundamental para saber con quien se está o no se está... y cuando...
Veo que lo sabes. Perfectamente.
Y los versos, muy templados.
;)
Bueno qué sorpresa. Me encanta la poesía y, por consiguiente, me encanta tu blog.
En cuanto a lo escrito: a veces pienso que tienen razón los que me dicen raro sólo por ir sin careta.
Gatilla, que soy yo, que como prometí vengo a conocer vuestros chalecitos; a incordiar ;)
No había leído nada tuyo y me sorprende. Sabía de tu naturalidad, pero hecha verso es mucho más bonita.
No sé si en este zoo me escucha cierta gata ;) pero ahora escribiéndote me siento sola y mi voz retumba, ¿fantasmas aquí no hay, no? :S
Un fuerte abrazo, Raquel. Bonito nombre.
Paulo, la verdad es que llegar a la certeza de saber dónde está uno es un camino largo. Y nada fácil.
Corsario, aquí otra rara. ;)
Puedo, ves? ahora te leo, a destiempo, pero mi respuesta, aunque tardía,ya significa que NO estás sola. :)
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