05 abril 2006

Nada más por hoy

31 de Marzo de 2006. Concierto de José Ignacio Lapido en Alicante en el Aula de Cultura de la CAM.

El periódico anunciaba un acústico en la entrevista concedida por Lapido el mismo día del concierto. “El público, como la lluvia, es un bien escaso”, fue la frase del Maestro utilizada como titular de la mencionada entrevista y que presagiaba la acogida del concierto que tendría lugar en el aula de cultura de la Cam unas cuantas horas después. Así fue. No éramos muchos, pero eso sí, bien escogidos. Sentados en nuestra butaca numerada esperábamos en silencio, pero expectantes, un apoteósico concierto. Unas cuantas guitarras eléctricas dispuestas sobre el escenario desmentían el acústico anunciado en el diario aquella misma mañana.



Sólo hubo un fallo esa noche, el lugar. Más de uno coincidirá conmigo en que una sala de teatro no es precisamente el lugar más adecuado para ofrecer un concierto de rock. Sin cervecita en la mano, sin cigarrito en la otra y sin poder dar rienda suelta a nuestros instintos musicales más bajos. Había que ser muy temerario para atreverse a gritar en voz alta cualquier alusión a todo lo que allí estábamos viviendo. Ni siquiera las canciones podíamos canturrearlas a pleno pulmón. Así que así permanecimos, ante la fría mirada de las señoritas acomodadoras, los guardias de seguridad y algún ente supremo que desde algún habitáculo oculto controlaba todos y cada uno de los minutos del concierto. No hubo piedad. A la hora “F” (de Final) se acabó lo que se daba. El tiempo justo para un bis cortito y adiós muy buenas.





Los músicos, qué voy a decir yo, estuvieron espléndidos, cómplices entre ellos. Tal vez al nuevo bajo se le veía todavía algo desubicado, un poco a su aire, pero démosle tiempo, todo se andará. Víctor muy despierto, disfrutando con cada acorde y Raúl, en los teclados, cada vez más “in crescendo” (tanto su ego como sus evidentes dotes musicales). Y Popi, en la sombra, imprimiendo fuerza y ritmo a la melodía. Lapido, apoteósico y algo nervioso. Se encontró con un público acomodado en sus asientos, silencioso y atento a todos sus movimientos, midiendo cada detalle, sopesando cada nota y cada palabra. Cuando tocaba afinar los instrumentos, concretar acordes o subsanar pequeños y fugaces problemas técnicos se hacía un silencio sepulcral que inundaba la sala. Y así lo pudo corroborar él mismo.



El repertorio, sin novedades, pero con alguna ausencia notable. Se echó en falta el solo de Lapido con Bernal a los teclados en “Con la lluvia del atardecer” y el colofón de “Qué fue del siglo XX”.
A pesar de la falta de tiempo, de la escasa comunicación y complicidad con el público y de los incómodos silencios he de decir que el concierto resultó técnica y musicalmente casi perfecto. Pero con el desagradable añadido de quedarse uno con ese regustillo amargo que te dejan las cosas a medias. Por suerte para muchos de los que allí estábamos, al día siguiente nos esperaba en Valencia algo que nos dejaría algo más que un buenísimo sabor de boca.
Alicante había sido sólo el aperitivo. La cosa prometía.


Raquel

2 Comments:

At 1:29 p. m., Blogger Revista Diplan said...

Hola Raquel!

Aqui te dejo la dir de nuestro blog, es www.revistadiplan.blogspot.com Editamos una revista en Alicante y Elche (a partir de este mes) tambien puedes encontrarla online. Nos encantaría que le heches una visita y nos des tu opinión!

Un Saludo

Mariano

 
At 12:01 a. m., Blogger Raquel said...

Hola Mariano.
Conozco vuestra revista, la sigo desde el primer número, que conseguí en la escuela Artes, un día que fui a clase.
No conocía la versión on-line. Gracias por la información, en cuanto pueda le echo un vistacillo.
Saludos,

Raquel

 

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